Oróspeda fue un territorio autónomo durante los primeros tiempos del reino visigodo en la península ibérica hasta que fue conquistado por Leovigildo en el 577.
En el año 409 se produce la entrada de los suevos, vándalos y alanos en la península ibérica.
En el 429, los vándalos asdingos huyeron de Gallaecia, tras su guerra contra los suevos, y se asentaron en la Bética.
Sea como fuere, el territorio fue políticamente autónomo durante buena parte del siglo VI.
La llegada de los bizantinos a Spania (552) alteró la situación política del sur peninsular.