Orontea

Orontea es una ópera veneciana en tres actos con prólogo, del compositor italiano Antonio Cesti sobre libreto de Giacinto Andrea Cicognini, modificado por Giovanni Filippo Apolloni.

Cesti usa un ritornello cinco veces, dando cohesión a la sección, construida en recitativo entremezclado con breves pasajes ariosos.

Creonte la reprende por rechazar a todos los pretendientes y la advierte de que debe casarse por el bien del reino.

A pesar de lo que Orontea había dicho unos momentos antes, se enamora del joven pintor Alidoro.

En este acto, Cesti usa para Gelone unas arias que subrayan la naturaleza cómica de la ópera.

Creonte ahora se da cuenta de que la reina está enamorada del joven pintor y le reprocha el haber elegido a un plebeyo.

Más tarde, Alidoro es descubierto por Orontea, loca de celos, pintando un retrato a Silandra.

Es en la escena XVIII donde Orontea canta su famosa aria Intorno all'idol mio, sobre el cuerpo postrado de Alidoro.

Según Cristoforo Ivanovich, Cesti compuso Orontea para el Teatro di SS Apostoli de Venecia, en 1649.

Ziani al empresario Marco Faustini indica que fue Francesco Lucio quien compuso la música para esta representación.

Cesti escribió su música para el Teatro di Sala, de Innsbruck, durante 1656.

Durante los años 60 y 70 del siglo XVII, fueron frecuentes los revivals de óperas anteriores con éxito, llegando algunas a convertirse en un pasticcio.

Las emociones se expresan en las arias y no en los recitativos, que son usados casi exclusivamente para hacer avanzar la acción.

La versión musical de esta ópera refleja nuevas ideas con respecto a la época.

Es evidente que Cesti y su libretista colaboraron estrechamente durante la composición de la ópera.

La construcción músico-dramática de las escenas está cuidadosamente planificada por compositor y libretista.

Cicognini escribió el libreto haciendo una diferenciación clara entre aria y recitativo.

Esta ópera fue representada en la época actual por primera vez en 1961 con Teresa Berganza como protagonista y dirigida por Bruno Bartoletti.