Se inició en cine poco antes de finalizar la década del '50.
Junto a su compañero Jorge Bruno, hizo el trabajo de maquillaje en numerosos films dirigidos por Leopoldo Torre Nilsson.
En varias oportunidades fue el maquillador exclusivo de Isabel Sarli (siempre con mucho rouge) en películas como Setenta veces siete.
También fue el responsable de caracterizar a Alfredo Alcón en Don José de San Martín, al encorvarle la nariz, darle luces y sombras en el rostro y retocar la peluca que remedaba la cabellera del prócer.
[1] Fue junto a Bruno Boval uno de los máximos exponentes del maquillaje en la cinematografía argentina.