Crónica de un niño solo es una película argentina dramática de 1965 dirigida por Leonardo Favio, en su debut cinematográfico como realizador, y protagonizada por Diego Puente en el papel protagónico.
El filme es considerado como la primera parte de una trilogía sin nombre de películas dirigidas por Favio, que continúa con Este es el romance del Aniceto y la Francisca, de cómo quedó trunco, comenzó la tristeza y unas pocas cosas más... (1966) y termina con El dependiente (1969).
Recibió el Cóndor de Plata como Mejor película en 1966.
Fue reconocida como la mejor película del cine argentino de todos los tiempos en la encuesta realizada por el Museo del Cine Pablo Ducrós Hicken en 2000.
[4] Fue dedicada a Leopoldo Torre Nilsson, mentor de Leonardo Favio en su carrera cinematográfica.