[1] En 1970 se instaló en Neuquén para cursar estudios universitarios, inconclusos, en la recientemente fundada Universidad Nacional del Comahue a la par que continuó su trabajo docente en escuelas de la zona.
Posteriormente, gracias a las gestiones realizadas por el obispo Jaime de Nevares, fundador de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, logró abandonar el país y exiliarse en Roma.
Había perdido el sentido del oído como consecuencia de las torturas sufridas.
[2] Guillermo Saccomanno, a quien había conocido mientras ambos cumplían el servicio militar, relató la vida de Balbo en el libro Un maestro.
[4] La Universidad Nacional de Luján, lo distinguió con el doctorado Honoris Causa por su trayectoria.