[4] Ordoño III soportó además numerosas rebeldías internas durante su reinado, entre ellas una sublevación en Galicia, y ataques de al-Ándalus, a los que respondió en 955 enviando gran número de tropas que consiguieron saquear Lisboa.
[5][4] El rey consiguió frenar, aunque no acabar, con las incursiones del califato cordobés.
[2] El rey propuso una tregua al califa Abderramán III, que este aceptó; los dos bandos acordaron la cesión de algunas plazas fuertes y el desmantelamiento de otras.
Falleció en octubre del 956;[4] le sucedió su hermano y rival Sancho el Craso, hijo también de Ramiro pero de distinta madre.
[7] En el mismo templo recibieron sepultura los reyes Ramiro II y Sancho I, medio hermano y sucesor de Ordoño III de León.