Su padre fue Álvar Díaz,[1] beneficiado en el repartimiento de Sevilla tras su conquista en 1248 por el rey Fernando el Santo, tenente en Siero, Nava, Aguilar y otras plazas.
[2] Álvar era hijo de Ordoño Álvarez de las Asturias,[3] importante personaje durante el reinado del Alfonso IX de León, que acompañó al monarca en las campañas en Andalucía, en la conquista de Córdoba en 1236 y nombrado por el rey su alcalde en Jaén para que se encargara del repartimiento.
[4][5] Fue a partir del abuelo homónimo del cardenal Ordoño que este linaje comenzó a ser conocido «fuera del ámbito asturiano» como los Álvarez de las Asturias.
[12][13] Bajo el pontificado de Nicolás III, fue nombrado cardenal obispo de Frascati y decano del Colegio Cardenalicio; como tal participó en los cónclaves de 1280 y 1285 en los que resultaron elegidos papas Martín IV y Honorio IV.
Posiblemente recibió sepultura en el claustro de la antigua Catedral de Salamanca, según consta en varios documentos.