En 1970 Edén Pastora, conocido como el Comandante Cero, planteó a Óscar Turcios, Pedro Aráuz Palacios y Ricardo Morales Avilés –miembros de la Dirección Nacional histórica del FSLN– la toma del Palacio Nacional.
Pastora se aloja en Managua en la casa de Leonel Póveda quien era apodado como El Comanche.
Todos los miembros del comando pertenecían a la tendencia "Tercerista" liderada por los hermanos Ortega y Tirado López.
Una vez decidida la operación se abren conversaciones con las diferentes tendencias que conformaban el FSLN, la Tercerista, la Proletaria y la de Guerra Popular Prolongada (GPP).
Dentro del Palacio Nacional trabajaba de auditor Pablo Pichardo cuyo hijo Javier estaba encarcelado por pertenecer al FSLN.
Humberto Ortega servía de enlace con la parte del operativo que estaba en Costa Rica.
Cada miembro del comando, debidamente acicalado para que pareciera un Guardia Nacional, portaba pañuelo rojo y negro del FSLN, dos pañuelos de bolsillo por si sufrían heridas, un foco de mano, máscaras y anteojos contra gases, bolsas plásticas para almacenar el agua en caso de urgencias y bicarbonato para afrontar los gases lacrimógenos.
No llevaban equipo médico porque sabían que en el Salón Azul había servicios y medicinas de urgencia.
El parque completo eran dos subametralladoras Uzi, un Heckler & Koch G3, un M3, un M2, veinte fusiles M1 Garand, una pistola Browning y cincuenta granadas.
[3] Una vez tomado el Salón Azul y controlada la situación por parte del comando sandinista, se habían identificado y separado a los rehenes más relevantes, como el ministro de gobernación Antonio Mora Rostrán o los familiares del Somoza, Edén Pastora ordena a Luis Pallais Debayle que llame a Anastasio Somoza Debayle para entablar negociaciones.
A los mediadores se unieron los embajadores de Costa Rica, Virgilio Chaverry y Panamá, Carlos Boyd.
Los componentes del comando junto a varios rehenes (José R. Somoza, sobrino del presidente de Nicaragua; Arturo Mora Rostrán, ministro de gobernación y los diputados s Pallais Debayle, José Somoza Ábrego, René Molina y Eduardo Chamorro Coronel) fueron conducidos al aeropuerto en dos autobuses.
La salida y el trayecto al aeropuerto estaba lleno de una entusiasta multitud.
El 22 de agosto había unos 20 periodistas presentes; entre ellos se encontraban Manuel Eugarrios Velásquez y Cruz Flores Siles de La Prensa, Emigdio Suárez, Javier Reyes, Óscar Pérez Valdivia, Juan Alberto Henríquez, Fernando Centeno, Rodolfo López N., Alex Somarriba, Filadelfo Martínez, Gixa Torres (única mujer) y Víctor Medina.
Entre los presos liberados sen encontraban Tomás Borge, René Núñez Téllez, Javier Carrión, Marcio Jáenz, Iván Montenegro, Javier Pichardo Ramírez, Luis Guzmán, Francisco Cuadra, Edgard Lang, Juan José Úbeda, Roberto Calderón, Francisco Guzmán, Álvaro González Cerrato, Martha Cranshaw, Rosa Argentina Ortiz, Gloria Campos, Charlotte Baltodano, Felipe Peña, Margine Gutiérrez.
Gustavo y Víctor Moreno, Yadira Baltodano, Apolonio Martínez, Leopoldo Rivas, Eddy González, Rodolfo Amador, Lucas Cortez, Maximiliano Martínez, Roberto McEwans, Amílcar Lorente, Doris María Tijerino, Fernando Chamorro R. Jorge Guerrero y José Armando Bolaños.
Otros que estaban en la lista no fueron localizados al haber sido asesinados por el régimen de Somoza; entre ellos estaban Donald Guevara, Elvis Chavarría, Pedro Antonio Jiménez, Gregorio Montoya, J. Francisco Tijerino, Azucena Suárez Meza, Marcos Silva Molina, José Jarquín y Antonio Mairena Lugo.
[4] El nombre oficial del operativo era "Muerte al Somocismo, Carlos Fonseca Amador" pero Pastora el Comandante Cero, lo denominó "Operación Chanchera" ya que popularmente se veía a los miembros del Congreso Nacional como chanchos y por ende al Palacio Nacional como una pocilga.