U. tuberosus es una planta herbácea y compacta; las variedades silvestres son rastreras, pero para el cultivo se han seleccionado otras trepadoras o semierectas, que pueden alcanzar los 50 cm de altura formando matas densas.Los tallos y hojas son suculentos y mucilaginosos, con un tallo angular del que brotan largos pecíolos alternos al cabo de los cuales se presentan hojas cordiformes, de color variable según el cultivar.Igualmente puede ser cultivada en la zonas templadas suaves, tales cómo el centro sur de Chile.La piel es delgada y se quita con facilidad, pero puede consumirse junto con la pulpa, de color pálido, firme, lisa y suave, sin rastro de fibra; la textura ligeramente gomosa del tubérculo crudo desaparece con la cocción.Se los utiliza enteros como guarnición, rallados, en puré, o molidos para espesar sopas y estofados.El pueblo entero prepara en sus calles el famoso plato con charqui que reúne a cientos de visitantes cada año.Tolera bien suelos poco nutritivos, así como ácidos o arenosos, prefiriendo sin embargo el humus denso, bien drenado, con un pH entre 5.5 y 6.5.Mientras la temperatura esté por encima de los 18º, los brotes aparecen rápidamente; al acortarse el período diurno, la planta produce más estolones y los engrosa, formando nuevos tubérculos.Se cifra en unas 60 000 ton anuales la producción del Perú, el principal productor, y continúa en aumento.Los restos más antiguos conocidos se han hallado en vasijas de fécula en Ancón y Chilca, en la cueva Tres Ventanas, en la costa peruana.La gran variedad de nombres que la planta toma en las lenguas indígenas atestigua su antigüedad; además del quechua ulluku se la conoce por el aymara ulluma o como melloco, rubas (en Ecuador), tiquiño, mucuchi, michuri (en Venezuela), ruhua o chigua (en el noroeste de Argentina).Cuatro especies diferentes lo atacan: el virus del mosaico de Ullucus (Potyvirus sp.