Ingresó también a la Federación de Mujeres Cubanas, así como a los Comité de Defensa de la Revolución; participó en la primera zafra del pueblo; estudiando al mismo tiempo intensamente.
En el año 1960, el Comandante en Jefe Fidel Castro, hace un llamado para que los jóvenes se incorporen a la tarea de enseñar el arte en las granjas y cooperativas de todo el país, así que ella consideró que era donde debía probar sus fuerzas: ir a enseñar y aprender de los hombres del campo, crecer junto al surco de la patria.
Olga, se enfrentaba a una tarea brillante, con el compromiso cierto de realizarla hasta sus últimas consecuencias: ella no conocía fronteras, y creó campañas de buen hablar entre los campesinos, propició la creación de los Consejos Populares de Cultura, se integró como maestra en las aulas de seguimiento, desarrolló a los jóvenes con mayores posibilidades como monitores para extender las ramas del Arte y creó bibliotecas.
Creó grupos de aficionados integrados por niños y adultos (Vladimir Marakovski, Folclore, Chaplin, Ismaelillos, Pantomimas, entre otros).
Olga Alonso, tenía grandes condiciones, además de teatrista, como intérprete de danza moderna y una gran pasión por la literatura.