Como es habitual, los países del sur (España, Italia y Portugal) fueron los que registraron las temperaturas más altas.Las causas de la inusual canícula hay que buscarlas en una sequía importante durante la primavera y el principio del verano.El número exacto de muertes relacionadas directamente con el fuerte calor está sujeto a controversias.El Gobierno anunció al principio 3000 muertes, posteriormente 5000, y las proyecciones elaboradas por las empresas funerarias calcularon un exceso de unas 10 400 muertes en relación con años anteriores, susceptibles de ser imputables a esta canícula.Aunque los servicios públicos se movilizaron durante julio por los incendios forestales, tardaron en tomar conciencia del drama humano que la ola de calor estaba provocando.Esto planteó varios interrogantes sobre la sociedad francesa, la solidaridad intergeneracional y la eficacia de los servicios sociales.La superación de las máximas históricas sólo se produjo en los que aparecen en la tabla adjunta.Otras fuentes reportaron cifras más bajas como la revista New Scientist y como el Ministerio de la Salud, que indicó convenientemente "solo" 4000 decesos en Italia atribuibles a la ola de calor.Al haber la mitad de la cantidad normal de lluvia en este país aquel verano, hubo una sequía que hizo que algunos ríos importantes alemanes como el Elba o Danubio estuvieran innavegables.La situación anticiclónica pertinaz hacía que las temperaturas máximas diurnas alcanzaran récords históricos, la mínimas nocturnas se elevaban llegando a valores muy llamativos (27,6 °C en Weinbiet, Alemania) y las condiciones de sequedad fomentaban los incendios forestales.
Número de días con temperatura mínima mayor o igual a 20 °C (verano de 2003). Noches tropicales.