Tuvieron un rol importante en las sociedades yorubas del pasado y, aunque en menor medida, lo siguen teniendo en la actualidad.[3] Se considera que sus miembros constituyen la clase noble de los diversos reinos yorubas del África occidental.[2] Tanto hombres como mujeres pueden pertenecer al Ogboni, pero para ser aceptado como miembro se debe tener un comportamiento moral ejemplar.Si bien la pertenencia a los Ogboni generalmente significaba un alto nivel de poder y prestigio, la sociedad tenía una autoridad política preeminente entre los grupos descentralizados como ègbá, donde estaban íntimamente involucrados en la selección de gobernantes que en la práctica servían como poco más que testaferros.[4] En la mitología yoruba, la dualidad femenina-masculina es uno de los conceptos básicos que generan el orden en el universo y el Ogboni debe velar por mantener ese equilibrio.[2] Los yorubas, por respeto a este dualismo sagrado, creen en la igualdad de género entre hombres y mujeres.Las sociedades secretas iniciáticas son una característica común del gobierno precolonial en gran parte de África occidental y central.