En puertos españoles se canjearon 21000 prisioneros enfermos y alrededor de 70000 civiles pudieron ser trasladados a zona segura.Otras gestiones no tienen el mismo resultado, como aquella en que se propone salvar de la muerte a la familia imperial rusa.La infanta Beatriz afirma que su padre intentó salvar también a la célebre Mata-Hari».[11] La obra humanitaria de Alfonso XIII durante la Primera Guerra Mundial le hizo ganar gran prestigio en Europa, que se manifestó no solo en el recibimiento que le hizo el pueblo de París al comenzar su destierro, sino en otras capitales europeas.[12] La Oficina Pro Cautivos no solo ayudó a personas anónimas, también lo hizo con otras más conocidas: Maurice Chevalier, pasó dos años en un campo de prisioneros antes de ser liberado gracias a la intervención del rey.[7] El bailarín Vaslav Nijinski, detenido en Hungría por ser súbdito de un estado enemigo, Rusia.Alfonso XIII consiguió su liberación en pocos meses, y Francia lo consideró desde entonces un héroe de guerra.La labor de la oficina fue ampliamente elogiada en la prensa internacional, aunque no encontró el mismo eco en la española.[16] Por la labor humanitaria de la Oficina Pro Cautivos, el rey Alfonso XIII fue candidato al Premio Nobel de la Paz en dos ocasiones, en 1917 y en 1933, cuando ya se encontraba en el exilio, aunque nunca llegaron a concedérselo.