Si no hubiera sido así, habría sido la pieza de piedra trabajada más grande del mundo.
Posiblemente iba a ser la pareja del Obelisco de Letrán, originario de Karnak, que hoy está en Roma.
Los bloques eran transportados hacia el norte por el río Nilo.
Los obeliscos egipcios erigidos en Roma, Nueva York, Estambul, París y Londres fueron tallados en roca de granito de Asuán que se encuentra sólo en esta región del sur de Egipto.
A pocos kilómetros al sur de Asuán, existen muchas canteras de granito rosa destinado para obeliscos y también bloques de piedra para la edificación de pirámides, estatuas y colosos reales.