Luego del histórico fracaso sufrido en el campeonato anterior, los neozelandeses estaban obligados a ganar el mundial; 24 años habían pasado desde el último y único título.
Henry (65 años) tuvo como asistente a Steve Hansen.
Slade resultó lesionado ante Argentina y fue reemplazado por Donald.
Solo Francia pudo suscitarle juego y los kiwis ganaron cómodamente su zona.
El partido definitorio presentó a Francia otra vez, repitiendo la final de 1987 y siendo el duelo más importante de la histórica rivalidad.