Novena cruzada

Tras pasar el invierno en Sicilia, decidió continuar con la cruzada y comandó sus seguidores, entre mil y dos mil, hasta Acre, adonde llegó el 9 de mayo de 1271.

[3]​ Aunque al principio numerosos nobles ingleses prometieron acompañarlo, poco a poco unos y otros encontraron excusas para no hacerlo, por lo que el príncipe partió en el verano de 1271 hacia Tierra Santa con apenas un millar de hombres.

[3]​ Tras hacer escala en Chipre, arribó a Acre el 9 de mayo.

[5]​ A pesar de todo, el ilkán prometió enviar fuerzas para colaborar con los cruzados.

[6]​ Mientras estas llegaban, Eduardo se limitó a realizar algunas correrías fronterizas.

[5]​ En octubre por fin cruzaron la frontera diez mil jinetes mongoles de las fuerzas que el ilkán tenía en Anatolia.

[5]​ Sin embargo, cuando Baibars, que se hallaba en Damasco, reunió un gran ejército, con refuerzos venidos de Egipto, y marchó hacia el norte a enfrentarse a los invasores, estos, incapaces de hacer frente a las enormes fuerzas del sultán, se replegaron al norte y cruzaron la frontera del Éufrates.