Posteriormente estaría regresando a Colombia, rotando entre Panamá y Bogotá, y aprendiendo de diversos maestros, entre ellos Manuel José Hurtado.
En ese período formó sus conocimientos de piano, violín, flauta, guitarra, bellas artes y literatura.
Se mantuvo en Bogotá hasta 1903, para luego incursionarse en la educación privada y pública en Panamá.
En su poesía subyace una fuerte corriente romántica, encontrándose con ella la melancolía producida por la ausencia del ser amado o por la incertidumbre de la vida.
Nicolle Garay es una de las pocas poetas panameñas, mujeres, en cuyas obras se percibe la preocupación por el futuro del país, además de los temas románticos y sociales.