Caso Narumi Kurosaki

Su exnovio, el chileno Nicolás Humberto Zepeda Contreras, que había conocido en Japón y de quien se había separado dos meses antes de su desaparición, es rápidamente considerado por los investigadores como el principal sospechoso.En Besanzón, Narumi conoce gente nueva, incluido Arthur del Piccolo, estudiante de la Escuela nacional superior de mecánica y microtecnología, que se convierte en su nuevo novio.Rachel Hope, una estudiante británica, escribió entonces un mensaje a una amiga: "Tengo miedo, escuché un ruido como si alguien estuviera siendo asesinado".Otro estudiante, Nabil Drissi, sale al pasillo para ver qué está pasando, pero no puede averiguar de dónde provienen los sonidos.Sin embargo, Narumi Kurosaki no depende del consulado de Lyon, ciudad donde solo hay oficinas administrativas, sino del consulado de Japón en Estrasburgo.Por otro lado, todos los viajeros del tren que ocuparon asientos cercanos al asignado en su boleto afirman no haber visto a ninguna mujer joven que se parezca a Narumi.Inicialmente, este elemento no se considera determinante dada la distancia geográfica.Pero cuando, gracias a la geolocalización del teléfono de Narumi, los investigadores descubrieron que ella estaba en un restaurante la noche del 4 de diciembre y que la cuenta había sido pagada con una tarjeta bancaria chilena, esta pista se volvió mucho más convincente.En concreto, en el lugar se encontró su único abrigo, cuando comenzaba el invierno, su portátil y su cartera con 565 euros en efectivo.Las huellas dactilares, tomadas de una taza, tras el análisis demostrarán que pertenecen a Nicolás Zepeda Contreras.Entre el 7 y el 12 de diciembre pasó varios días en la capital catalana con su primo Juan Felipe Ramírez.En respuesta a Nicolás que le pide que borre algunos de sus contactos en Facebook, Narumi le escribe un SMS fechado el 5 de septiembre indicándole: “Nunca borraré a Arthur. ».Entrega varios detalles preocupantes sobre las conversaciones que sostuvieron durante esta estadía.Nicolás Zepeda le oculta su encuentro con Narumi en Besanzón, explicando que simplemente había venido a Europa para participar en un congreso en Ginebra; ya que Ramírez es estudiante de medicina, Zepeda le pregunta sobre la muerte por asfixia.El juicio es excepcional dada la dimensión internacional del caso: todos los intercambios están sujetos a traducción simultánea por un equipo de seis intérpretes, tres para japonés y tres para español; en la sala tres relojes marcan la hora de Francia, Japón y Chile para tener en cuenta la diferencia horaria, escuchándose por videoconferencia muchos testigos del extranjero, diez desde Tokio, dos desde Santiago de Chile y uno desde Escocia; Además de la sala de audiencia principal, otras dos salas están abiertas para que los periodistas y el público puedan seguir los debates retransmitidos en pantalla gigante.El proceso está dirigido por Matthieu Husson, Presidente del Tribunal de lo Penal, que ofició también en el caso Daval.Ahora es Antoine Vey, ex socio del ministro de Justicia francés Éric Dupond-Moretti, quien defiende a los acusados.[7]​ Se decide la suspensión del juicio por 48 horas para que puedan leer el expediente de investigación.El tribunal accede a su solicitud y el juicio se pospone para una fecha posterior.
Señalética que indica el campus de Bouloie en Besançon.