Provenía de una familia trabajadora que le proporcionó cierta educación como leer y escribir.
El inca Atahualpa y su séquito de nobles se hallaban en las inmediaciones.
El oro llegó a manos de los conquistadores, sin embargo, la liberación del inca se tornó en ejecución[5].
En 1533 las tropas de Pizarro se dirigieron a Jauja donde Elola se instaló como contador para registrar los barcos que llegaran al puerto de Pachacama u otros[3].
Según documentación de Sevilla, Nicolás regresó del Perú casado con una india cuyo padre dio en dote por ella nada menos que 8.000 ducados de oro.
Con un total de 2.200 ducados de oro y siguiendo las trazas dadas por el maestro cantero Domingo de Rezabal, comenzaron unas obras que darían como resultado una joya renacentista, única en Guipúzcoa y el País Vasco, en la que sus tres disciplinas, arquitectura, escultura y pintura, corrieron parejas[7].