Santo Niño de Atocha

Desde entonces, en las imágenes fue representado como un Niño Peregrino con huaraches, sombrero, una cesta de pan en una mano y un bastón en la otra.

Cuando los peninsulares llegaron al Nuevo Mundo, trajeron esta devoción y los trabajadores europeos que emigraron a Plateros, por el descubrimiento de plata en esa región, no la olvidaron tampoco.

“Novenas” escritas por teólogos y pastoralistas han tenido que retirarse de la circulación porque los devotos del Santo Niño quieren mantener siempre el rezo tradicional.

Virgen de Atocha ¿Por qué a ese Niño pequeñito, que tal vez no tiene un año de edad, se le representa muchas veces como si tuviera diez años o más?

[iii] Pero también se le pudo dar al Niño Azul más edad para que llevara con comodidad los ensambles que las tradiciones y los hechos portentosos no sabían cómo acomodar en el más chico.

A través del siglo XIX, las litografías representan exclusivamente al Niño Azul y traen la indicación de que se venera en Plateros.

Mientras que pueden despejarse estos interrogantes con argumentos históricos, proponemos una hipótesis que tal vez ayude a resolver el apasionante problema iconográfico de esta devoción tan seria y tan arraigada.

[iv] El culto creciente hizo que se construyera esta hermosa iglesia actual para sustituir a la anterior capilla.

Allí vivía a mediados del siglo XIX Don Severiano Medina, casi paralizado por la artritis.

[v] Testimonios Exvotos Don Calixto Aguirre, vecino de la ciudad de Guanajuato, sufría en marzo de 1841 un mal grave e incurable: tal vez era cáncer aquella enfermedad que lo había deformado y le producía “incomparables dolores y dolencias“ a tal grado que su médico, Don Vicente López estaba espantado.

La curación de Don Calixto y su ingenio no tan duro son el origen de la primera investigación sobre los milagros del Santo Niño, que recoge trece gracias atestiguadas por los ex­votos que el guanajuatense encontró en Plateros.

El Niño invariablemente es representado como un caminante en reposo, pues sentado estuvo en los brazos de su madre y sentado en un pequeño sillón se venera en todo México al Divino Infante en la Fiesta de la Epifanía.

A finales del siglo XIX, magníficas oleografías alemanas decoraban los hogares de nuestros antepasados.

Se mandó hacer un cromo del Santo Niño de Atocha y resultó muy hermoso.

Aparece en una un hombre tendido en su cama, que puede ser Don Calixto o cualquier otro enfermo.

Su sincretismo religioso se debe al proceso de la transculturación entre la religión católica y la yoruba que sucedió en Cuba durante la época colonial.

Imagen original del santo niño de Atocha o Plateros
Elegguá , orisha de la santería que se sincretiza con el Santo Niño de Atocha.