Niño Ricardo

Javier Molina, guitarrista nacido en Jerez, fue quien le dio la primera oportunidad a Niño Ricardo, a sus 14 años, actuando en un tablao flamenco, donde conoció a cantaores que más tarde acompañaría tanto fuera como dentro de España, y sin parar durante el resto de su vida.O para Antonio Molina, que compuso y escribió "La madrugá".En 2005, levantaron un monumento y una placa, en la plaza Cristo de Burgos (Sevilla), cercana a donde nació.Su mano derecha era única en su constante manipulación de las cuerdas e insistente contrapunto rítmico.Daba a cada cante la cadencia que le correspondía, según fuera uno u otro el fandango, o una u otra soleá, y aseguraba que la guitarra era para él una religión.Se han perdido muchas de las grabaciones, siendo muy valiosas para los seguidores y coleccionistas.