Entre los cánceres cerebrales malignos, los gliomas del tronco encefálico y la protuberancia, el glioblastoma multiforme y el astrocitoma de alto grado se encuentran entre los de peor pronóstico.[2] La revista Journal of Neuro-Oncology es su publicación más longeva y sirve como referencia principal para quienes trabajan en el campo de la neurooncología.La tomografía computarizada (TC) y la resonancia magnética nuclear (RMN) pueden detectar con eficacia una neoplasia en el cerebro.La resonancia magnética es más sensible que la tomografía computarizada para identificar lesiones, pero tiene contraindicaciones para pacientes con marcapasos cardíacos, prótesis incompatibles, clips metálicos y otros.Para este propósito, la resonancia magnética es más eficiente que la tomografía computarizada porque puede proporcionar imágenes tridimensionales.