Negro de humo

El método más antiguo para la obtención de este pigmento consiste en quemar directamente maderas resinosas, aceites, grasas o resinas, en lo posible limitando el aporte de aire a fin de que la combustión no sea completa y que el carbono del material que está siendo quemado no se oxide; esto genera un humo negro que se deposita sobre una superficie fría (tradicionalmente de metal) en la cual queda adherido el hollín, que luego se recoge por raspado.

[5]​ Este hollín se caracteriza por presentar un particulado relativamente grueso y porque el carbono se encuentra en él mezclado con sustancias bituminosas, lo que no lo hace del todo apto para ciertas técnicas de pintura; por este motivo se han desarrollado otros procedimientos para obtener negros de humo más puros y más finamente particulados.

Ocasionalmente se producía negro de humo quemando hulla, pero el pigmento resultante era de un granulado aún más grueso que en el caso anterior, y sus aplicaciones eran todavía más limitadas.

[7]​ El color negro bujía usado actualmente en pintura artística sigue estando compuesto de carbono casi puro.

A la derecha se provee una muestra aproximada de su coloración.

Fabricación de negro de humo a partir de la combustión de resinas, grabado de un libro de química francés de 1906. Muestra el método empleado durante el siglo XIX, donde se recogía el negro de humo en la superficie interna de un cono de metal. El cono podía hacerse descender mediante una polea , raspando el hollín de las paredes de la cámara para que se acumulara en el suelo. [ 1 ]