Nebulosa Boomerang

Llamada así por Keith Taylor y Mike Scarrot en 1980 cuando la observaron con el Telescopio Anglo-Australiano, los astrónomos apenas vieron una ligera asimetría en los lóbulos, lo que sugería una forma curvada similar a un bumerán (boomerang en inglés).En 1995, utilizando el Telescopio Submilimétrico del European Southern Observatory, se descubrió que su temperatura es de tan solo 1 K (-272 °C) —un grado por encima del cero absoluto—, la temperatura más fría conocida fuera de un laboratorio.[3]​ El gas se expande a una gran velocidad (164 km/s), lo que causa la baja temperatura.La razón por la que esta nebulosa es el lugar más frío de todo el universo tiene un principio bastante simple.Ahora, gracias a la nebulosa Boomerang, podemos saber lo frío que puede resultar el futuro de nuestro sistema solar y del universo.