Su origen se remonta al 7º milenio a. C. Durante el neolítico temprano sufrió una destrucción que provocó el abandono del lugar, que volvió a ser ocupado en el neolítico tardío.
Los techos estaban formados por ramas, paja, barro y cañas.
También se han encontrado varios pozos, hornos para fabricar cerámica y fogones para cocinar.
Asimismo, son destacables varias figurillas de terracota femeninas.
Por otra parte, se excavaron un total de 21 tumbas que eran simples hoyos donde se colocaron los cuerpos de los difuntos, en una postura en la que las piernas estaban flexionadas.