Navas de Oro

Su clima es continental con inviernos crudos, veranos muy cálidos y otoños lluviosos con primaveras suaves.

En cuanto a la fauna, se pueden encontrar en el municipio mamíferos como corzos, conejos o zorros; aves como la perdiz, el cuervo, diversas especies de águilas, buitres, gallinatos y grullas o avutardas.

Entre la flora del municipio destacan especies como el pino, sabinas albares, retama, chopo, cantueso o tomillo.

41°10′40″N 4°26′07″O / 41.17778, -4.43528 El origen del nombre es desconocido: el historiador local Lorenzo García Echevarría[1]​ propone la palabra celta «nava» como «lugar bajo y húmedo» y «oro» como una deformación fonética del nombre visigodo «Ataulfo», quizás propietario de esas tierras o posible noble fundador.

Es en esta época cuando se repueblan las viejas villas —Coca, Cuéllar, Arévalo, Segovia, Sepúlveda— y se incentiva a habitantes del norte como navarros, aragoneses, vascos o gallegos a que «colonicen» las zonas de influencia de dichas villas, creando aldeas, cultivando las tierras y fijando población en lo que hasta ese momento era un desierto demográfico, ocupando así el territorio conquistado.

Es un caso semejante en pueblos del entorno, aunque a día de hoy no existe apoyo documental que lo certifique, si no es por las dudas que algunos estudiosos albergan al intentar dar localización a dos poblados medievales en la Comunidad de Coca —Las Heras y Los Pradejones— que fueron diminutos y desparecieron casi nada más fundarse.

[2]​ El hecho es que los hallazgos arqueológicos aseguran la existencia de un poblamiento tardorromano, posiblemente una villa.

La población, salvo épocas en que las pestes o las malas cosechas la diezmaban, se mantuvo en un buen número en relación con los pueblos vecinos.

La unión de los dos barrios totalizaban unos 680 habitantes, cifra nada despreciable en el entorno para esa época.

La economía del municipio se ha basado tradicionalmente en los usos de la gran extensión forestal de pino negral y pino albar o piñonero que lo circunda, aprovechándose para resina, pez y madera.

En cuanto a la ganadería, se criaban ovejas, cerdos, gallinas, vacas y conejos, además de encontrarnos con oficios artesanales como zapateros, sastres, peujareros, telares, y en menor medida, arrieros.

En la actualidad la economía se sustenta fundamentalmente en el sector servicios —comercio, transporte—, ganadería de porcino y agricultura —cebada, girasol, trigo— y diversos oficios, aunque la mayor parte de la población activa está empleada en diversas fábricas enclavadas en la comarca.

La organización del concejo fue siempre la misma, hasta bien entrado el siglo XIX.

La iglesia de Santiago se remonta probablemente al surgimiento del pueblo (tal vez del siglo XII, ya que la primera vez que se la menciona en un documento histórico es en 1210) y fue transformada completamente en el siglo XVIII (1779) con el gusto barroco de la época.

El presbiterio es de planta cuadrangular imperfecta y cierra con pared plana.

La planta actual, que data de 1916, es rectangular y está construida en ladrillo, rematando con una pequeña espadaña con campanillo a los pies.

Navas de Oro tuvo hasta finales del siglo XVIII otras dos ermitas, dedicadas a San Miguel y a Santa María Magdalena, de las cuales no quedan restos.

La profunda devoción a San Antonio de Padua se nota en su popular procesión, que celebra el día 13 de junio, donde se baila la jota durante horas por las calles del pueblo.

Estos últimos años se han rondado las siete horas de danza.

Fragmento de la hoja 429 del Mapa Topográfico Nacional de España de 2002 en el que se representa Navas de Oro
Casa de un propietario de una industria de resina
Chimenea industrial para resina
Escudo de Navas de Oro
Escudo de Navas de Oro
Iglesia de Santiago Apóstol
Torre del reloj