Natalismo

El natalismo más estricto propugna limitar o prohibir el acceso a los métodos anticonceptivos así como la penalización de la práctica del aborto.Durante el Imperio romano, César Augusto decide interferir en la vida privada de los ciudadanos romanos, sobre todo entre los patricios y los nobles, y con un solo objetivo en mente: crear una aristocracia militar y senatorial, aprobando en el año 18 a. C. la lex Iulia de maritandis ordinibus -ley Iulia matrimonial del 18 a. C.- que unida a la Lex Iulia de Adulteriis Coercendis (también del 18 a. C.) y la Lex Papia Poppaea (9 d. C.), formarán el corpus legislativo de las reformas augusteas familiares.Pronto el mismo Estado francés comenzó a adoptar medidas natalistas que aún hoy perduran.[12]​ Francia era, a principios del siglo XX, el país europeo más pronatalista.Aunque el aborto libre fue legalizado en la URSS en 1920, y se admitió el trabajo extradoméstico femenino así como el divorcio -medidas que pueden verse como antinatalistas pero que respondían a reivindicaciones de igualdad de la mujer- con la Segunda Guerra Mundial se produjo el mayor número de bajas de todos los países participantes -llegándose a evaluar en 25 millones, entre soldados y civiles-, entonces en 1936 el régimen soviético no tuvo reparos en desmarcarse del marxismo ortodoxo, reacio a las políticas demográficas, y fomentar la natalidad.La justificación del natalismo, como en otros países, fue el patriotismo y las necesidades de tropa para alimentar el ejército.En la postguerra se creó el plus familiar, que las empresas unían a la masa salarial para distribuirlo entre los trabajadores en función del número de hijos, a condición de que la esposa no tuviese empleo extradoméstico.[20]​ Aunque quedaban rescoldos de las políticas natalistas -descuentos en luz, agua, matrículas universitarias, viajes...- la natalidad no aparecía como preocupación destacada para ninguna fuerza política hasta 2012, cuando se produjo un bache, entre otras cosas porque la población en España había crecido -gracias al aumento de la esperanza de vida y la intensa inmigración en la última década del siglo XX y las dos primeras décadas del siglo XXI- más que a las cifras de natalidad que segúian siendo muy bajas.[25]​ La doctrina oficial sobre demografía y el crecimiento de la población fue, una vez proclamada la República Popular China en 1949, el natalismo.Las autoridades chinas se mostraron por primera vez receptivas a posiciones contrarias al natalismo -antinatalismo o neomalthusianismo-.[39]​ Algunas naciones como Japón, Singapur, Corea del Sur, y Taiwán han implementado o intentado implementar políticas intervencionistas natalistas, básicamente creando incentivos para las familias numerosas de los nacionales, no aplicables a los inmigrantes de otros países.En mayo de 2014 Ali Jamenei firmó un decreto en el que pedía más bebés para reforzar la identidad nacional.Las autoridades advirtieron que en la parte este y central de Serbia, así como en la provincia norte (Vojvodina), la natalidad decrecía de forma preocupante, en tanto que en la provincia sur (Kosovo) crecía.El desequilibrio del crecimiento demográfico lo explicaban por motivos económicos y en principio no incluían criterios étnicos, así proponían medidas administrativas como la defensa de la familia ideal con 3 hijos.Sin embargo, ante los escasos resultados el discurso demográfico fue adquiriendo un carácter represivo y racista coincidiendo con el auge de la ideología nacionalista.Erdogan también argumentó que la práctica del aborto inducido paraliza el crecimiento económico de Turquía.Antes de este cambio, Erdogan había pedido en repetidas ocasiones que cada pareja tenga al menos tres hijos.[53]​[54]​ En 2023 tuvo lugar los "Estados Generales de la Natalidad" (Stati generali della natalitá) defendidos por la derecha política ante la necesidad del aumento de la natalidad, según su diagnóstico, y criticados por la izquierda política que considera errado dicho diagnóstico.[62]​ Los amish, por ejemplo, se encuentran entre el grupo religioso con más rápido crecimiento en el mundo, con un promedio de 6,8 hijos por familia.[63]​ El récord demográfico de fecundidad pertenece a una secta anabaptista, los hutteritas, fundada en el siglo XVI por Jakob Hutter, trasladándose en el siglo XIX desde Rusia a Dakota del Sur y extendiéndose por distintas partes de EE. UU.Algunos estudiosos advierten que el natalismo de los quiverfull es similar a otros movimientos fundamentalistas, que también defienden la reproducción entre miembros del grupo religioso, tales como los judíos ultra-ortodoxos, luteranos amish, laestadianos en Finlandia y salafistas en el mundo musulmán."[68]​ Sin embargo, en el hinduismo existe una fuerte tradición de celibato practicada por los ascetas.[77]​[78]​ Hervé Le Bras ha criticado el natalismo francés, relacionándolo con el conservadurismo político e incluso con la extrema derecha.En 1990 Le Bras criticó la propia línea oficial del INED (Institut national d'études démographiques), institución en la que entonces era funcionario, lo que produjo un debate público con el director de dicha institución, Gerard Calot.Esta polémica produjo una campaña de desprestigio institucional contra Le Bras, quien respondió publicando dos libros, uno sobre la obsesión natalista francesa[79]​ y, seis años después otro, sobre la vinculación de la demografía con la derecha del país.[80]​[81]​ Hans Rosling demostraría que la relación entre las religiones y el distinto número medio de hijos de las poblaciones que las siguen no existe, por tanto no puede ni debe establecerse esa relación.[82]​[83]​ El filósofo Jesús Mosterín critica a la Iglesia católica ya que no solamente prohíbe la interrupción voluntaria del embarazo sino también la contracepción, permitiendo solamente la castidad y el 'natalismo salvaje'.
El natalismo ha buscado el aumento de la población para garantizar suficiente tropa para la guerra y mano de obra abundante .
En la fotografía de 1879 aparece una Familia nuclear con 6 hijos -los Ulyanov-. Las familias, a lo largo de la denominada transición demográfica , han ido reduciendo el número de hijos ya que la baja mortalidad habría permitido una alta supervivencia de los hijos nacidos y por tanto una reducción de los nacimientos a lo largo de los siglos XIX , XX y XXI .