En la búsqueda de símbolos nacionales, la encontraron en la figura del rey medieval Esteban I.
Los nacionalistas húngaros también entraron en contacto con el turanismo, corriente que defendía la conexión de los magiares con los pueblos túrquicos del Asia Central.
El Turanismo húngaro acabó señalando que los magiares semi-nómadas[2] procedían de las estepas y que su cultura era similar a la de los pueblos esteparios, pero esta teoría no esutvo nunca científicamente avalada y no tardó en convertirse en un arcaísmo.
Por ello, los movimientos nacionalistas sufrieron una profunda transformación y dieron un giro hacia el irredentismo, con el objetivo de recuperar los territorios perdidos en Trianon.
[7] En 1944 las fuerzas alemanas invadieron el país y se hicieron con el control, deponiendo al almirante Horthy.
Después del 2000, en buena parte debido a la actual crisis económica, el nacionalismo ha tenido un importante aumento en su popularidad entre los húngaros.