Como indica su título, se representa el nacimiento de Juan el Bautista.
En el centro a la derecha hay tres mujeres aseando al recién nacido.
En la parte izquierda, sumida en la oscuridad, se ve a un anciano en primer plano escribiendo, Zacarías, el padre del niño, que había quedado mudo por haber dudado de la palabra del ángel, y a la parturienta, Isabel, detrás, con otra figura a su lado.
En el lado opuesto a la derecha, se ve una arquitectura que permite ver un paisaje al fondo.
El contraste entre luces y sombras, típico del caravagismo le sirve a la pintora para representar una visión íntima.