Se aceptan dos formas de notación para designar un nucleido determinado: Así mismo, se puede utilizar algún tipo de marca (generalmente una letra, asterisco o tilde) a continuación del número másico para indicar que la estructura del nucleido no es la de menor energía posible.
Así, cada nucleido se denomina según el símbolo del átomo que genera, precedido de los valores A y Z con presuperíndice para A, y presubíndice representativo de Z: M es el símbolo químico del núcleo, según su número de protones.
Es frecuente prescindir del índice Z, pues aporta información redundante con el símbolo.
[3] La palabra nucleido (traducción del término original en inglés nuclide) fue propuesta[4] por Truman P. Kohman[5] en 1947.
Así, la palabra fue originalmente destinada a describir distintos núcleos atómicos.