Obtiene del papa Alejandro VI una Bula por la que se le autoriza en 1494 a fundar un hospital en Toledo.
Ese mismo año, el cardenal se retira al palacio del Infantado (Guadalajara) que le había visto nacer, cansado y enfermo, redacta su testamento, falleciendo unos meses después, en enero de 1495.
En general se da una simbiosis de la tradición morisca con el arte flamenco.
A la altura de este cuerpo se abren dos ventanas con marco plateresco.
Por encima de la línea general del alero sobresale un último cuerpo con cinco columnas abalaustradas y cuatro huecos adintelados que remata un frontón adornado por las monumentales armas de los Mendoza, soportadas por dos ángeles.
Las ventanas son simétricas con orden bulboso y edículos con el emblema de Mendoza.
Surge a mediados del siglo XIX impulsado por la Comisión Provincial de Monumentos Artísticos creada en Toledo.