El museo se ubica en el antiguo Palacio del Abad de Santa María La Real, edificio construido en el siglo XVIII, que se comunicaba con el monasterio a través de un pasadizo volado sobre la calle.
«En 1785 se instala en su planta baja la botica nueva: buena, bella botería de loza y vidrio y al parecer buen surtido de drogas» (Jovellanos: Diarios, 1795).
De ella dan testimonio los graffiti conservados en puertas y paramentos.
La exposición constó de tejas con inscripciones realizadas a lo largo del tiempo, desde la época romana hasta la era industrial.
Las tejas llevan en sus lomos de barro cocido inscripciones con deseos y anhelos dirigidos al cielo -desde la tierra no iban a ser vistas-, con la firma del tejero que las modeló.