Pronto estas adquisiciones amplían el radio geográfico, extendiéndose por otras zonas andaluzas (Sevilla, Cádiz, Córdoba y Granada), destacando la adquisición, mediante compra, de la colección cordobesa del anticuario Pedro Leonardo de Villacevallos.
Preocupados por el futuro de su colección tras su muerte, los Loring decidieron vender los bronces jurídicos, incluida la Lex Flavia Malacitana, al Museo Arqueológico Nacional de Madrid, por 100 000 pesetas, en 1897.
Los Echevarría cuidaron y conservaron aceptablemente la colección, pero sus herederos fueron menos conscientes.
Cerrado el Museo Loringiano, durante muchos años pasó desapercibido para la mayoría de los investigadores nacionales y extranjeros que visitaban la ciudad.
La Urania fue subastada en 2004 y adquirida (por 500.000 euros) para el Museo Arqueológico Nacional.