Cuando Donati regresó a Italia trajo más de 300 objetos que fueron las primeras piezas del Museo d’Antichitá, más tarde conocido como el Museo Egipcio de Turín.La mayor adquisición se produjo en 1824 con la compra de la primera colección de antigüedades egipcias al explorador y diplomático italiano Bernardino Drovetti, quien trabajaba en aquella época como cónsul francés en Egipto.Esta fue comprada por el rey Carlos Félix de Saboya, por la suma de 400.000 liras piamontesas, y constaba de más de mil piezas, compuesta por unas cien grandes estatuas, estelas, sarcófagos con momias, papiros, y múltiples objetos funerarios.Ernesto Schiaparelli fue nombrado director del museo, en 1894, incrementando los fondos mediante compras y campañas de excavación en Heliópolis, Guiza, Asiut, Hermópolis, el Valle de las Reinas (la tumba de Nefertari), Deir el-Medina y Gebelein.Jean-François Champollion visitó este museo para estudiar su importante colección de papiros, los cuales le ayudaron a dar los primeros pasos en el desciframiento de la escritura jeroglífica.
Papiro de Turín (1879 - 1899 - 1969):
el mapa geológico-topográfico más antiguo conocido.