Es el primer museo submarino del Océano Atlántico y de Europa y figura entre los tres primeros del mundo, así como la Ciudad sumergida de Cleopatra en Egipto.
Este proyecto fue ideado por Jason deCaires Taylor para concienciar sobre el destino de los océanos.
[2] Con el paso del tiempo todas las esculturas ayudarán a incrementar la biomasa marina, desde la primera puesta en 2016 ayudó a que la flora y fauna se incrementase y creciese.
En todas las obras se nota el cuidado y detalle que presenta el artista con el fin de fusionar el ser humano con la naturaleza.
Para poder visitar este museo hay dos opciones: una de ellas es visitarlo desde la superficie, es decir en snorkel, y la otra manera es sumergirse y bucear con botella junto a las propias estatuas.