Cuando llegaron, Musaylima se quedó en la entrada con los camellos mientras los demás ingresaban a la ciudad.
Sus enseñanzas casi se perdieron, pero existe una revisión neutral de ellas en el Dabestan-e-Mazaheb.
Prohibió la carne de cerdo y el vino, prescribía tres oraciones diarias a Alá hacia cualquier dirección, el ayuno solo nocturno por ramadán, y no pedía la circuncisión.
Podía meter un huevo en una botella, así como desplumar un ave, volver a colocarle las plumas y hacer que saliese volando.
La mayoría de estos versos exaltaban a su tribu, los Banu Haifa, sobre los Quraysh.
Musaylima le propuso a Mahoma compartir el poder en Arabia.