Recibe su nombre en honor al Benemérito de las Américas, Benito Juárez.
En los barrancos crecía la dominguilla, o zacate, y llamaban al lugar La Loma.
Ya para 1522 este pueblo quedó subyugado por Olid, Juan Álvarez Chico y González Sandoval.
Hacia 1885 Pascual Contreras comenzó a edificar algunas casas en La Loma, mudándose entonces los moradores de El Tequestquite.
La mitad de su superficie está conformado por zonas planas (50 %), la otra mitad se divide en zonas semiplanas (26 %), formadas por lomas y laderas cubiertas generalmente por pastos y vegetación baja de espino y, zonas accidentadas (24 %), formadas por cerros con bosques.
En las partes más altas, su vegetación se compone básicamente de pino, encino, madroño, pinabeto y oyamel.
En algunas lomas y barranquillas hay huizache, palo dulce, granjeno, Tepame, limoncillo, fresno, acebuche, tepehuaje, uña de gato, capulín blanco, sauco magueye, nopal y más.
El venado, el coyote, el conejo, la liebre, la ardilla, el zorrillo, el armadillo, tlacuache, el tejón, reptiles, güilota, tarengo, cenzontle, conguita, sito pulgo, sito real, sito zacatero, la zancona, los toritos, jilguero, furtalana, saltaparedes, colibrí, huitlacoche, pitirrin, tifio, cuervo, zopilote, aguilillas, gavilanes, pájaro azul, cherre, carpintero paloma, gallaretas, tordos y diversas aves que habitan esta región.
[4] Las principales actividades económicas son: agricultura, ganadería, minería, silvicultura, industria, comercio y transporte.
El Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) se encarga del bienestar social.
Cuenta con centros deportivos, en los que se practica: fútbol (balompié), voleibol, baloncesto (basquetbol) y atletismo.
El transporte se realiza en autobuses públicos o vehículos de alquiler y particulares.
El 1,28 % de los habitantes ostentaron no practicar religión alguna, además cuenta con un grupo sectorial masónico.