El 7 de junio fue transportado en carroza fúnebre para ser exhibido en la Biblioteca y Museo Presidencial de Ronald Reagan en Simi Valley, California, para volar después a Washington D. C. para un servicio el 9 de junio, ser visto públicamente y rendirle tributos en el edificio del Capitolio.
[1] De acuerdo a la hija de Reagan, Patti Davis, "en el último momento, cuando su respiración nos dijo que era el fin, abrió sus ojos y miró directamente a mi madre.
Se ordenó que las banderas estadounidenses en la Casa Blanca, a través de Estados Unidos y alrededor del mundo en las instalaciones y locaciones operativas oficiales estadounidenses, estuvieran a media asta durante 30 días mediante una proclamación del Presidente Bush.
[10] Martin aconsejó al Gobernador General Adrienne Clarkson que ordenara que todas las banderas de Canadá en todo Canadá y en todas las misiones diplomáticas canadieses en los Estados Unidos estuvieran a media hasta el 11 de junio, en simpatía del Día Nacional de Luto estadounidense.
Dr. Michael H. Wenning, anterior pastor de Bel Air Presbyterian Church, donde Reagan asistía.
[16] Cuando las oraciones concluyeron, Nancy Reagan y su familia se acercaron al ataúd, donde la Sra.
En total, cerca de 108.000 personas visitaron la biblioteca presidencial para ver el ataúd.
Miles de personas se reunieron para ver la partida del avión.
Los eventos en la capital comenzaron cuando el ataúd de Reagan llegó a la Andrews Air Force Base, Maryland.