Muerte teórica de información

El concepto de muerte teórica de información surge en los años noventa en respuesta al problema que con el avance de la tecnología médica, condiciones consideradas antiguamente como muerte, como paros cardiacos, se volvieron reversibles y ya no son considerados como tal.

La muerte teórica de información procura referirse a una muerte que es absolutamente irreversible para cualquier tecnología, distinguiéndose de la muerte clínica y la muerte legal, que denota limitaciones contextuales a los cuidados médicos disponibles, en lugar de a las verdaderas limitaciones teóricas de la sobrevivencia.

Según Ralph Merkle en Molecular Repair of the Brain:[1]​ Una persona está muerta de acuerdo a la "Muerte teórica de información" si sus recuerdos, personalidad, esperanzas, sueños, etc. han sido destruidos.

Es decir, si las estructuras del cerebro que tienen codificadas la memoria y la personalidad han sido dañadas más allá de cualquier posibilidad de restauración a un estado funcional, entonces la persona se considera muerta.

Se especula que ocurre gradualmente muchas horas después de la muerte clínica en un lugar a temperatura ambiente el cerebro sufre autólisis.