Es en ese momento cuando un grupo comunista, decide derrocar a Montero, tomando cuarteles de Vallenar y Copiapó, sin embargo las autoridades del gobierno no prestaron atención al asunto, ya que la Sublevación de la Escuadra había sido sofocada con éxito y el Presidente había sido elegido con un 64 % de los votos, además que la información era muy precisa para ser cierta.
En un Acta Programa fue firmada por destacados políticos como el doctor Manterola, señor Enrique Barboza, José Dolores Vásquez, Oscar Cuadra, Ramón Briones Luco y entre otros.
Las condiciones dadas por la Depresión permitió que las ideas del partido comunista Internacional se difundieran como una verdadera fe entre las personas más pobres.
En 1931 se produce una tercera oleada migratoria pero encuentra una economía local completamente devastada debido al cierre de faenas mineras en la región.
[3] El Partido comunista en Chile tras la represión sufrida durante la dictadura de Ibáñez centré esfuerzos en acrecentar su influencia política.
Las acciones estaban dirigidas contra el capitalismo, la democracia liberal y el gobierno civil de postdictadura.
Por esos años el partido comunista no tenía una posición única frente a la situación de la minería del salitre, existiendo diferencias entre Santiago, Vallenar, Copiapó o Iquique, pero con un discurso común que apuntaba a su nacionalización.
[3] Pedro Meneses era sargento segundo del Batallón Esmeralda y excandidato alessandrista en Copiapó toma contacto con Marmaduke Grove quien estaba de visita en la ciudad buscando organizar a las izquierdas.
El intendente Igual solicita a Villouta actuar como infiltrado en el complot y asalto del Regimiento de Copiapó.
Igual ratifica a Eduardo Flores Bazán como comandante del Regimiento y ordena tomar medidas para prevenir un asalto.
[2][3] Otro grupo a cargo de Gaviño Peña, un ex armero del pelotón, atacan el regimiento por la parte posterior.
El motivo era sacar extraer las armas para formar un cuerpo militarizado para iniciar una revolución armada esa misma noche en todo el país.
[2][3] A los atacantes se les había comunicado que contaban con cooperación desde el interior del Regimiento para facilitar el objetivo.
[3] Esa noche estaba completamente oscura, tanto atacantes como los soldados que defendían el cuartel no tenían precisión de a quienes disparaban.
Al mismo tiempo Villouta envía un grupo de 5 Carabineros iba en apoyo a los soldados dirigidos por el teniente Sanhueza y el comandante del Regimiento Esmeralda capitán Flores Bazán.
Producto de esto dos mujeres inocentes que pasaban por fuera del Regimiento resultaron muertas.
Hay constancia que el partido comunista en esta ciudad realizaba actividades y manifestaciones a diario, tanto en público como en forma privada.
Se informó también la posibilidad que trasladaran armas robadas del regimiento en el tren o en cambión hasta la ciudad de Vallenar.
[1][2][3] A las 05 horas el Gobernador Las Casas solicita al Ministro del Interior refuerzos para Vallenar, cien rifles y municiones.
Un guardia cívico que colaboraba en las detenciones, el dentista Misael Carmona quien le pidió al brigadier Huerta fusilar a los detenidos, pero el oficial se negó y los condujo a los detenidos al calabozo de Vallenar.
Días más tarde se comprobaría que de los 16 asaltantes que huyeron de Copiapó 9 lograron salvarse y habían huido a pie hacia el interior y encontrados más tarde en Tinogasta, Argentina.
[2] Siendo las 14:30 horas, el Capitán Bull concurrió junto a dos cabos hasta una casa particular ubicada en calle Serrano con Ñuble que pertenecía al dirigente comunista Pedro Saura a donde se habían reunido 12 personas para prolongar las festividades de Navidad, se encontraban bebiendo y oyendo música de una vitrola.
[1][2][4] A las 17:30 horas el gobernador Las Casas solicitó al intendente el usar dinamita contra las personas que se encontraban “atrincherados”.
A las 20:00 horas las autoridades locales entregan información falsa al ministro que los comunistas se defendían con bombas de mano.
Murieron 4 ocupantes y otros 4 huyeron, entre ellos Pedro Seura, quien fue encontrado 14 días más tarde en Alto del Carmen.
[2] Durante la tarde los domicilios de varios dirigentes comunistas fueron allanados y las personas llevadas al cuartel.
[1][3] Todos los cadáveres fueron trasladados en el camión a la morgue y posteriormente al cementerio de Vallenar sin practicarles autopsia.
El abogado Jorge Neut Latour, miembro del partido comunista, defendió al médico Osvaldo Quijada y otros detenidos.
El Fiscal Santa Cruz ordenó desenterrar a los obreros que habían sido enterrados en Vallenar.
[1][3] El Capitán Francisco Bull, cinco años y un día por cada asesinado, lo que significó en la práctica presidio perpetuo.