Son un azote para el ganado y las personas, ya que algunas especies actúan como vectores de graves enfermedades como la oncocercosis.
Posteriormente se produce una fuerte irritación e inflamación de la zona que, en algunos casos, puede necesitar atención sanitaria.
Son prognatos y usualmente poseen unos abanicos labrales utilizados para filtrar partículas de alimento del medio.
Las piezas bucales están bien desarrolladas, con el labro formando un lóbulo agrandado en la región anteroventral y que es continuo con las bases de los abanicos labrales.
Las maxilas, que están en posición ventral respecto a las mandíbulas, consisten en unas grandes estructuras lobulares digitiformes de un solo segmento.
El segmento anterior posee una propata la cual tiene un anillo apical formado por diminutos ganchos ordenados en filas.
Algunas veces, en el segmento 8 del abdomen, están presentes unos tubérculos cónicos o solamente una protuberancia central.