El origen de Morasverdes podemos establecerlo en torno a los numerosos molinos harineros que se establecieron a lo largo del río del mismo nombre, y de sus numerosas desviaciones.En el siglo XVII la línea demográfica experimenta altibajos constantes, las epidemias y la guerra de Restauración portuguesa suponen consecuencias negativas para la población de toda la zona.[3] En el Catastro del Marqués de la Ensenada (1750-1753)[9] se recogen las respuestas generales al Interrogatorio que han de satisfacer, bajo juramento, las justicias, y demás personas, que harán comparecer los intendentes en cada pueblo.Datos que se ratifican en el libro España dividida en provincias e intendencias y subdividida en partidos, corregimientos, alcaldías mayores, gobiernos políticos y militares... / obra formada por las relaciones originales de los respectivos intendentes del reyno, a quienes se pidieron de orden de S.M.El clásico incremento demográfico tradicionalmente ligado al siglo XVIII, aquí presentó una alternativa visible y toda la zona sufrió vaivenes poblacionales.[3] Lo más destacable del siglo XIX fue la guerra de la Independencia, puesto que la resistencia ofrecida por Ciudad Rodrigo, supuso un gran quebranto a las localidades de su entorno, ya que las tropas francesas requisaron cosechas, ganados y objetos de valor llevando al campesinado a una situación verdaderamente trágica.[11] En 1845 se publica el Diccionario Madoz, en el que se recoge la descripción de Morasverdes, señalando su composición por cien casas, su buen clima o las instituciones propias del municipio, para el que se recogía una doble denominación: "Moras Verdes" o "Salvatierra de Francia".Respecto al año 2000, el censo refleja 447 habitantes, de los cuales 227 eran hombres y 220 mujeres.Desde esta carretera parten varias carreteras comarcales que comunican Morasverdes con Dios le Guarde, Aldehuela de Yeltes,[15] además, el municipio cuenta con caminos agrícolas asfaltados que lo comunican con Puebla de Yeltes y Guadapero.El grueso muro orientado al Oeste, a los pies de la iglesia, se prolonga en una espadaña.Recientemente se construyó un tejadillo apoyado en dos columnas, formando un pequeño pórtico a la entrada que rompe la visión completa del arco de la puerta.