Sin embargo, son dos representaciones en concreto que reciben esta distinción, ambas consistiendo en un conjunto de estatuas con la escultura ecuestre del káiser como elemento principal.
[1] Ya poco después de la muerte del káiser, una comisión formada por miembros del senado de Hamburgo y sus ciudadanos recibió el encargo de acordar la ubicación del monumento proyectado por el escultor Fritz Schaper, que iba a erigirse en el puente Reesendamm (Reesendammbrücke), un céntrico puente en la actual Jungfernstieg que atraviesa la boca sur del Binnenalster.
Algunas características importantes del plan de desarrollo del monumento, incluyendo su distribución y adaptación a la nueva ubicación, se basaron en diseños de Karl Garbers y Ernst Barlach, estilísticamente adaptados por Schilling en torno a su estatua ecuestre.
Otros dos postes de luz se encontraban entre las balaustradas y la estatua ecuestre, teniendo la función de iluminar el recinto, que llegaría a servir entre otros como recinto ferial.
[1] A diferencia del monumento de Altona, que se centra en el aspecto militar del káiser, este monumento representaba deliberadamente al emperador con uniforme ligero y sencillo, ya que la atención no debía centrarse en el militarismo prusiano, sino en los logros sociales, económicos y legislativos tras la fundación del Imperio alemán y la inclusión de Hamburgo, como las demás ciudades hanseáticas, en él.