El monumento simboliza la historia de Andorra, vinculada a la agricultura y la minería.
En el frontal reza la inscripción «Andorra / a su / labrador / y minero».
Emplazado en la céntrica plaza del Regallo, en la actualidad constituye un auténtico símbolo de la villa.
A su alrededor tiene lugar la «rompida de la hora» en Semana Santa —véase Ruta del tambor y el bombo—.
La segunda encarna a un labrador que mira al frente sosteniendo una azada entre sus manos.