[1][2] El paisaje urbano de esta ciudad se ve adornado por obras escultóricas, generalmente monumentos conmemorativos dedicados a personajes de especial relevancia en un primer momento, y más puramente artísticas desde finales del siglo XX.[3] La escultura, hecha en piedra, es obra de Enrique del Fresno Guisasola, y está datada en 1949.[4] Según cuenta una leyenda, San Francisco de Asís pasó por Oviedo en el siglo XIII siendo peregrino del Camino de Santiago.[1] La obra nos presenta el santo descalzo, con sobria vestimenta y ocultando sus manos bajo las mangas.Presenta un pedestal con una inscripción: «A la memoria de San Francisco de Asís —que peregrinó en ésta, camino de Santiago—, inspiró a su compañero el beato fray Pedro Compadre la fundación del desaparecido convento de menores, cuya huerta fue llamada siempre Campo San Francisco, y es el único vestigio de esta antigua fundación de la noble ciudad de Oviedo, IV-X-MCMXLIX».