El nombre monocromador se deriva de las raíces griegas mono- que significa uno, y chroma, color; el sufijo -ador derivado del latín denota la realización de una acción.
Una fuente luminosa cualquiera que se encuentre muy lejana, tal como el sol, provee luz colimada.
En un monocromador de utilización práctica, sin embargo, la fuente luminosa se encuentra necesariamente muy cercana, por lo tanto el sistema óptico del monocromador se debe encargar de convertir la luz divergente entregada por la fuente luminosa en luz colimada.
Se prefiere la utilización de óptica reflectiva, porque no introduce efectos dispersivos propios, a diferencia de las lentes que actúan también como prismas, efecto conocido como aberración cromática.
Un dispositivo que puede producir luz relativamente monocromática tiene muchas aplicaciones en óptica y en las ciencias naturales en general debido a que muchas características de las sustancias son dependientes del color.