Se denomina luz colimada a la luz cuyos rayos son paralelos entre sí, lo que se puede lograr de diferentes formas, siendo la más sencilla hacerla incidir en un espejo cóncavo desde una fuente situada en el foco.
Se suele decir que la luz colimada está enfocada en el infinito.
Un espejo parabólico de precisión llevará los rayos paralelos a un foco en un único punto.
Para producir luz colimada útil, la fuente de luz debe acercarse a un punto; es decir, debe ser pequeña con respecto al sistema óptico, como la imagen que forma un espejo de una estrella.
La desventaja es que, puesto que la luminosidad de la mayoría de fuentes es baja, dicho sistema óptico no puede producir mucha energía óptica.