Este edificio religioso estaba regido por una congregación de dominicas.
[3] La fundación de este convento se remonta al siglo XV.
Esta imagen, según cuenta la tradición, fue encontrada bajo tierra por un campesino en los terrenos sobre los que se levanta el monasterio.
[2] La iglesia, con trazas románicas y ojivales, consta de una sola nave.
Contiene tres altares, el mayor de los cuales es obra reciente de José Otero Gorrita, artista compostelano afincado en Vivero.