Mon Repòs

[5]​ Una vez abandonada por el pintor, quien tuvo que vendérsela para pagar sus deudas, fue destinada, de manera discontinua, como residencia de otras familias, por lo que la casa sufrió algunas pequeñas modificaciones, como por ejemplo una nueva distribución del piso y cambios en las aperturas exteriores.

[6]​ En la segunda mitad del siglo XX quedó abandonada y empezó a degradarse.

En el año 2007, debido al mal estado del edificio, se hundió el techo y las paredes laterales, excepto la fachada oeste, que se había reforzado previamente y que todavía presentaba restos de pintura mural.

Entre 1914 Joaquín Torres García pintó en la sala del tragaluz cuatro murales al fresco considerados la máxima expresión de noucentismo catalán.

En la base de cada uno figuraban unas leyendas en latín que ilustraban el motivo del dibujo.

Joaquín Torres García , propietario y promotor de Mon Repòs, con su familia delante de la casa en 1916, en una fotografía expuesta en el Centro Cultural Tarrasa.
Fachada lateral de Mon Repòs, durante los trabajos de reconstrucción en diciembre de 2015, donde destaca el tragaluz con cubierta a cuatro vertientes