En un ambiente familiar más bien pragmático y ateo, Mirra desde muy pequeña comienza a tener diversas experiencias interiores.
Cuando en 1926 Sri Aurobindo se retira de la vida pública, Mirra -a la que todos empiezan a conocer como "La Madre"- queda al cuidado del áshram fundado por este en Pondicherry, que ella terminará de organizar.
Durante la Segunda Guerra Mundial compartió con Sri Aurobindo el decidido apoyo a la causa aliada.
Las actividades que se desarrollan en el áshram bajo su iniciativa son diversas: imparte clases de francés a los niños, al mismo tiempo que les explica los fundamentos del yoga integral, dando lugar a una recopilación titulada Conversaciones.
Destaca entre estas recopilaciones o transcripciones La agenda, conjunto de trece tomos que recogen las conversaciones mantenidas con su discípulo Satprem.